Desde su humilde orígen hasta jugar para el equipo más grande de México y EEUU, el Nene nos dejó conocerlo a fondo
Fernando “Nene” Beltrán participó en el blog de su compañero de equipo Jesús Angulo y platicaron de absolutamente toda la vida del joven mediocampista y todo lo que ha luchado por tener un lugar en el Rebaño.
Fer tiene muy claro su origen humilde y todo el apoyo y sacrificio que ha hecho su familia y muy en particular su abuelo, ya que sin ellos no lo hubiera logrado.
Desde muy pequeño fue inquieto y pasaba la mayor parte del tiempo en las canchas de fútbol rápido buscando siempre la oportunidad en algún equipo de fuerzas básicas. “Mi abuelito hizo un equipo en el llano, el manejaba una micro y nos llevaba a jugar a todos en su micro, incluso dejaba de trabajar por llevarnos. El fue siempre quien me apoyó, ya que todos en mi familia trabajaban, hasta cambio sus horarios de trabajo para acompañarme a mis entrenamientos” recordó Beltrán con cariño.
Desde entonces es su abuelo quien le señala sus errores cuando no juega bien y sin duda le ha ayudado a crecer en su juego. Sería en Pumas su primer intento por buscar el profesionalismo sin éxito.
Sería un amigo quien le ayudaría a probarse con el América donde estuvo seis meses sin que definieran su situación por lo que se hartó y volvió a jugar en el barrio. “Me dijeron que no era jugador para ese equipo y me corrieron. Tenia como 13 años y salí bien agüitado, cuándo salí me dije que mejor me dedico al barrio, soy más feliz con mi carnal jugando en las de rápido. Ya no quería volverlo a intentar.”
Hasta que dos meses después un tío lo llevó a unas visorias del Atlante en la que fue aceptado. Beltrán recuerda el buen trato que recibió a pesar de haber muchos “chavos fresas”, incluso algunos hijos y familiares de ex jugadores.
Con los Potros de Hierro comenzó a volar su carrera logrando incluso la convocatoria a la selección de su categoría, pero lo mejor estaba por llegar. “En un torneo Sub-15 que jugué con Atlante, no metimos ni un gol y salgo llorando en el último partido, porque quería ganar. Y un profe de selección me dice ‘Me voy a ir a Chivas, ¿Te animas?’ entonces de llorar pase a la felicidad”, recordó el Nene.
“Me quede en casa club, que en ese tiempo no estaba tan bonita cómo está ahora. Salían cucarachas de todos lados... y yo chilango, no nos querían en Guadalajara. Me metieron con Oscar Macías en el mismo cuarto y me acabó a carrilla ese cabrón. Me gritaba chilango en toda la casa club y todos se enteraron” platicó el joven de Santa Fé en la Ciudad de México.
Tras varios meses de sufrir estuvo a punto de tirar la toalla, pero sería su madre la que lo impulsaría a cumplir su sueño mudándose a Guadalajara pese a no contar más que con lo justo para hacerse vivir un tiempo. Emprendieron un negocio de comida que hasta la fecha atienden y Fernando tuvo el apoyo y ánimo de su familia para lograr su debut y el resto de la historia se está escribiendo.
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