El mediocampista mexicano sería la moneda de cambio en un intercambio con Cruz Azul por Roberto Alvarado
Uriel Antuna tiene las horas contadas en Chivas. Si en primer término se habló de un trueque con el América en el que también hacía parte Sebastián Córdova pero que se terminó diluyendo, en las últimas horas el conjunto rojiblanco avanzó en las negociaciones con Cruz Azul para llevar al 'Brujo' a La Máquina mientras que Roberto Alvarado llegaría al Rebaño.
Esta ¿necesidad? de los rojiblancos de 'deshacerse' de un jugador internacional tiene su razón de ser: Antuna rompió todo el código de ética de la institución cuando metió mujeres en el hotel mientras se encontraba concentrado con el equipo. De allí a que desde la cúpula de Chivas se le buscara una salida con carácter de urgencia.
Ahora, y a solo horas de que se haga oficial el acuerdo con la escuadra cementera, desde la columna Toque Filtrado, del portal Mediotiempo, se reveló cómo se las ingenió el futbolista para incumplir con las normas del club en plena concentración tras un choque ante el Mazatlán en la última fecha.
"Ya le habían perdonado que no sea un buen elemento jugando y una indisciplina, pero el Brujo siguió regándola y le cacharon otra joyita. Resulta que en la última jornada cuando el equipo ganó en Mazatlán, a Uriel se le hizo fácil y metió chavas al hotel. De principio pensó que la había librado, pero no, las cosas llegaron a oídos de la directiva y pues ya se imaginan el show.", se lee en parte de la nota informativa.
En el texto también se hace énfasis en que esta fue la 'gota que derramó el vaso' de la paciencia en los dirigentes del Rebaño, quienes no dieron marcha atrás en su intento de darle salida a un jugador sobre el que se levantaron muchas expectativas pero que ha quedado a deber en cada torneo.
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